Las maravillosas miniaturas no son un escape del mundo real sino una manera de comprometerse, confrontarlo, cuestionarlo, criticarlo o considerarlo.

Dr. Louise KrasniewiczMiniature Manifesto

De la mano de las muñecas, allá en el mundo de mi infancia, vinieron las miniaturas. Durante mucho tiempo me sorprendió visitar otras casas y descubrir que no todas las familias atiborraban las vitrinas de pequeñeces, sino que los adornos sólo tenían escalas “adultas”. Esas miniaturas -instaladas en el universo propio de las personas grandes y no en los cuartos infantiles-, eran generalmente manera de registrar los viajes a otros países, pero también a lugares de la propia sensibilidad. En esos lugares mínimos se encapsulaban la ternura, la nostalgia, el recuerdo amoroso, las ganas de juego en el medio de una vida atareada. Cada tanto, las miniaturas se sacaban y se limpiaban y esos gestos tenían mucho de danza lúdica, de excusa para por un ratito entrar de lleno en la imaginación. También estaban los juguetes a escala, por supuesto. Esos vivían en antiguas latas de galletitas (ya antiguas en la década del 70), y se desplegaban en el piso en la casa de mi Yaya Alcira, en un ritual repetido domingo a domingo. 

Primeros juguetes de mi padre y tías, fueron los muebles inaugurales de mis casas de muñecas, ya a mis 40. En su mayoría marca Renwal y de escala 1:16, instalaron mi mirada en la década del 50 e iniciaron mi viaje hacia una nueva manera de expresarme, así como otra terapéutica.Actualmente trabajo con las casas como recurso expresivo y transformador, para hacer conscientes las propias narrativas y cartografiar las derivas de mi vida. Esta práctica se sustenta -además de en mi amor por las miniaturas- en mi investigación de la casa que habitamos o imaginamos (y de sus patios y jardines), como representante simbólico de nuestra psique y de nuestra manera de ser-en-el-mundo. Recoge un trabajo de años, basado en las ideas de Carl G. Jung, Gaston Bachelard, Ruth Ammann, Claire Cooper,  Nicole Colley y Louise Krasmiewicz, entre otras, así como en mi propia práctica clínica, el trabajo con sueños sobre casas, las casas en sandplay y mi experiencia personal en la creación de casas de muñecas como maneras de contar(se).